En los últimos años, las instalaciones de placas solares fotovoltaicas se han convertido en una inversión altamente rentable, pudiendo proporcionar energía gratuita durante décadas siempre que reciban los cuidados necesarios. Sin embargo, sigan produciendo electricidad al máximo rendimiento, es muy importante realizar un mantenimiento periódico, incluyendo la limpieza.
“Con el tiempo, el polvo, la suciedad, el polen, las hojas, los excrementos de aves y otros contaminantes pueden acumularse en las superficies, reduciendo la capacidad de absorción de la luz solar y, por tanto, la producción de energía.”
MARK TAREN
Founder & CEO – 2marido
Es cierto que la lluvia puede eliminar parte de la suciedad, pero no es suficiente para mantener las placas en óptimas condiciones. Además, algunas zonas geográficas experimentan periodos largos sin lluvias o bien, la lluvia que cae no es suficiente para eliminar la suciedad más incrustada.
La cuestión es que, aunque pueda parecer sencillo, la limpieza es una tarea que requiere experiencia y ciertos conocimientos para evitar daños o reducir la productividad del sistema.
Hay que tener en cuenta que las superficies de los paneles son delicadas, y para acceder a ello, muchas veces, es necesario trabajar en altura, lo que supone un riesgo. Además, una mala técnica o el uso de productos inadecuados puede dañar las células solares o anular la garantía del fabricante.
La eficiencia de las placas solares depende directamente de la cantidad de luz solar que puedan absorber. Cuando la superficie de las placas está cubierta de polvo, suciedad o cualquier otro contaminante, su eficiencia puede llegar a reducirse entre un 15% y un 25% de eficiencia.